Talento vs Esfuerzo: ¿Qué define realmente el progreso?
Talento vs esfuerzo. Aptitud innata o disciplina persistente… ¿Qué es más importante a la hora de perseguir nuestros objetivos?
Por Juan Sanguesa
Esta pregunta, que muchos se apresuran en responder dándole el mayor peso a la aptitud innata, (y con ello sepultando sus aspiraciones), me parece sospechosamente dicotómica.
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Creo que a nadie, en su sano juicio, se le ocurriría lanzarse a competir al más alto nivel en un deporte solo porque tiene aptitudes (talento) para esa disciplina… sin TAMBIÉN haber entrenado sistemáticamente (esfuerzo) para desarrollar esas aptitudes y expresarlas en habilidades específicas.
¿Te imaginas que Tia-Clair Toomey o Matt Fraser (con todo ese talento deslumbrante que tienen) hubieran podido ganar los Games durante tantos años consecutivos, sin TAMBIÉN haber entrenado MUY duro para lograrlo?
Obvio que no.
Por eso, voy a reformular la pregunta para esquivar la engañosa dicotomía:
¿Puedo aspirar a lograr resultados significativos en un ámbito o actividad que es importante para mí, si mis aptitudes para dicha actividad no son las mejores?
Por Qué Esto Importa en la Vida Real
Todos tenemos perfiles de talentos, habilidades, fortalezas y desafíos diferentes.
Y a lo largo de la vida, los desafíos que vamos encontrando no siempre coinciden con nuestros talentos.
En ese sentido, CrossFit ha sido un laboratorio para mí.
Cuando descubrí este sorprendente deporte, por allá por el 2018, mis habilidades físicas eran bastante limitadas. Cuando chico nunca fui "bueno para el deporte" (no tenía talento), no me gustaba el fútbol y siempre fui demasiado flaco, lo que al llegar la adolescencia me motivó a hacer algo al respecto. Ese “algo” se cristalizó luego de ver a Arnold en esa oda a la masividad muscular que es “Conan el bárbaro”. Si Arnold había logrado semejante desarrollo muscular gracias al fisicoculturismo, entonces estaba claro que ese era el camino.
Estamos hablando de los 80s, así que obviamente aún no existía el CrossFit.
Durante años estuve entrenando de forma intermitente y aunque al principio logré subir bastante de peso, jamás pude lograr ese físico que admiraba en las revistas de fisicoculturismo que coleccionaba en ese entonces (no tenía idea que para lograr semejante hipertrofia hacía falta una buena dosis de “enhancement” drugs).
Si conoces el tipo de entrenamiento de hipertrofia pura que se lleva a cabo en los gimnasios tradicionales, ya sabes que no tiene nada que ver con lo que hacemos en el box.
Por eso, cuando muchos años después empecé a ir a clases de CrossFit, encontraba que los movimientos eran casi imposibles. Recuerdo la primera vez que intenté un OHS y pensé: "OMG!… Jamás lo voy a lograr”. Mi movilidad era tan limitada que esa vez no logré bajar más de unos pocos centímetros (ni hablar de una sentadilla profunda).
Y ese es solo un ejemplo. Ni hablar de los ejercicios de gimnasia… o los de levantamiento olímpico.
Para mí es obvio que el talento no me acompaña en este tipo de deporte. Sin embargo, he seguido entrenando después de todo este tiempo, a pesar de enfrentar innumerables tropiezos y obstáculos.
¿Por qué lo hago?
(Y esta no es una pregunta retórica… me la estoy haciendo ahora mismo que escribo este artículo. ¿Por que no mejor dedicarme al ciclismo o a la natación, donde creo que sí tengo más aptitudes?)
Vamos a ver si logro responderla de aquí al final de esta reflexión.
La Ecuación que Cambia Todo
La psicóloga Angela Duckworth nos propone un modelo para explicar por qué alguien como yo puede seguir progresando a pesar de no tener "talento natural". Viene en forma de ecuación:
Talento × Esfuerzo = Habilidad
Habilidad × Esfuerzo = Logro
Si te fijas el esfuerzo aparece dos veces. Esto significa que incluso si alguien tiene el doble de "talento natural" que tú, puedes igualar su nivel de habilidad con suficiente esfuerzo. Y más importante: podrías superarlo en logros reales si mantienes ese esfuerzo por más tiempo.
Para entender cómo funciona esto, primero tenemos que revisar el concepto de práctica deliberada.
¿Qué es la Práctica Deliberada?
El investigador Anders Ericsson descubrió que no era la cantidad de práctica lo que importaba, sino el tipo.
La práctica deliberada tiene características específicas:
- Se enfoca en corregir debilidades específicas
- Requiere concentración total
- No es particularmente divertida
- Incluye retroalimentación inmediata
- Te empuja constantemente fuera de tu zona de comfort
En CrossFit, esto se ve claramente. Puedes hacer 100 air squats mecánicamente, o puedes hacer 20 enfocándote intensamente en activar glúteos, mantener el core estable y mejorar la profundidad. Adivina cuál te hará progresar más rápido.
El Verdadero Beneficio del Esfuerzo
¿Por qué sigo entrenando después de todo este tiempo, cuando obviamente no estoy pensando en ir a los Games a competir?
Es simple. Aparte de los beneficios para la salud, entrenar en el box me aporta un beneficio psicológico que no encuentro en ninguna otra parte.
Como me resulta tan difícil casi todo (excepto tal vez correr), cada sesión de entrenamiento es una demostración que me hago a mí mismo de que SÍ puedo enfrentarme a un desafío y salir adelante. De que sí puedo persistir en el esfuerzo y la disciplina para aprender movimientos difíciles y descubrir que no eran “imposibles” (como mi mente me decía al inicio).
De hecho, (y este es un gran logro para mí) ahora sí puedo hacer un OHS con un peso moderado (en realidad bastante pesado para mí) y bajar hasta la sentadilla profunda (y eso que ya no me queda mucho cartílago en las rodillas).
La Respuesta
Y ahí está mi respuesta a la pregunta que me hice antes: no sigo entrenando CrossFit porque tenga talento o aptitudes para ello, sino por cómo me hace sentir. Y porque me da la oportunidad de superar mis limitaciones, tanto físicas como psicológicas.
Me da energía. Me da la sensación palpable de ser capaz, fuerte, persistente. Me permite demostrarme a mí mismo que sí puedo hacer cosas difíciles, que no me rindo, que he sido capaz de aprender ejercicios difíciles y mejorar en su ejecución.
Y hay algo que me sorprende mucho: ahora que ya pasé la barrera de los 50, siento que estoy en mucho mejor estado físico que cuando hacía fisicoculturismo en mis veintes y treintas.
El talento es un regalo misterioso que recibimos al nacer debido a la configuración genética que hemos heredado por esas cosas del azar del universo. Y ese regalo podemos aprovecharlo si aplicamos el esfuerzo necesario durante el tiempo que haga falta para lograr la máxima expresión de ese potencial.
Sin embargo, no necesitamos tener mucho talento para ponernos en marcha hacia metas valiosas para nosotros…
Podemos avanzar hacia ellas, desarrollando las habilidades necesarias en el camino, repetición tras repetición, día tras día.
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