Recrearse para ser creativos

Todos necesitamos, de cierta forma, y cada uno en su contexto, ser creativos. A nivel laboral y personal se hace imposible no recurrir a la invención de soluciones y proyectos que nos ayuden a avanzar. Sin embargo, no es tarea fácil encontrarle la vuelta a las cosas.

¿De dónde surge esa idea que llega de la nada? Esa que cuando buscamos con ímpetu no aparece sino que, al contrario; se escapa y nos hace el quite. ¿Qué necesitamos para activar esas sinapsis neuronales? Esa ampolleta suele prenderse sorpresivamente, en momentos que no tienen explicación hasta que, de un momento a otro, aparece. Entonces, ¿Qué hacemos para conseguir más de esos momentos?

Que las ideas fluyan

Intentar tocar un instrumento, subir un cerro, andar en bici, pasear, bailar, compartir con desconocidos, probar nuevos sabor
es, deportes, intercambiar ideas, leer un nuevo libro. Hacer una ruta distinta al trabajo y cualquier actividad diferente es abrir paso a esas valiosas conexiones de circuitos cerebrales que no sólo desembocan directamente en la creatividad sino que permiten que nuestra mente esté activa y predispuesta a lo nuevo.

En Acción buscamos generar un ambiente óptimo para que las personas puedan despejar la mente y tener tiempo para que las ideas fluyan. Cada coach se encarga de ponernos en diferentes escenarios que nos permiten sumar estímulos e ir cambiando los esquemas rígidos de nuestra cabeza.

Dejar fluir la mente permite y ventilar las ideas que nos persiguen abren la posibilidad de tener esos momentos de eureka, por eso, caminar sin ningún objetivo más que avanzar, por ejemplo, hace que esa característica humana se active.

Estar en movimiento

Picasso decía que la inspiración nos iba a pillar trabajando. Por otra parte, cabe recordar la célebre frase “Solvitur Ambulando” (se resuelve caminando), que da cuenta de una clave: la inspiración es un proceso que necesariamente nos encuentra en movimiento, y, en parte, cuando nos nutrimos de experiencias de vida, activamos esa capacidad de conectar dos ideas, haciendo un nexo que promueve esa lucidez.

Esos instantes nos ayudan en el día a día a mejorar el rendimiento mental, la capacidad de instruir nuevas nociones y aportar, desde el lugar en que uno está, a nuevas condiciones y estados saludables de vida.

La vida es una invitación constante a incursionar. Esto remece las neuronas y le da aire a las ideas, y la frescura es la atmósfera que promueve la creatividad. Exponernos a diferentes desafíos físicos o mentales, son instancias ideales para poder propiciar una mejora en nuestra toma de decisiones, en nuestra posibilidad de crear soluciones de la vida cotidiana y profesional.

Sacudir la mente y romper esquemas

Qué bueno es tener nuevas experiencias con diferentes personas, lugares y escenarios incómodos o desconocidos. Esto nos va sacudiendo la mente y en nuestros boxes buscamos propiciar ese medioambiente lúdico que nos permita pensar fuera de la caja.

Ir rompiendo sutilmente los esquemas va ampliando ese proceso de resolución de problemáticas varias. Por lo que la contemplación se convierte en esa conexión con uno mismo, que considera en gran parte el movimiento como el tren que nos lleva en esa ruta. 

En el entrenamiento hacemos cosas que no hacen mucho sentido en la vida real, porque justamente está fuera de lo que la sociedad y su sistema productivo entiende por lo útil, porque se aleja de eso, y pasa a la parte del ocio que todos necesitamos, cada uno a su manera.

Siempre podemos darle una oportunidad a la exploración, haciendo cosas que quizás no son muy agradables, pero cada una de esas cosas nos ayudan a incluir nuevos factores a nuestro imaginario.

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